Nuestra casa ya no es aquel hogar
donde flotaban las risas e ilusiones
de nuestros hijos, y sus sueños.
Es un nido vacío, con sábanas frías,
con espejos deshabitados, oscuros,
sin el reflejo de la luz de sus ojos.
Dormitorios, sólo, con muebles y atavíos;
continentes... sin contenido.
(Del poemario "Mieses y flores")
martes, 8 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hola, poeta de Sigüenza. No hay nada más triste que el nido vacío. Es mejor recordarlo en al memoria, rememorar los ratos felices que se han pasado en él y evocar a las personas queridas. Un cordial saludo.
ResponderEliminarAsí es, Fernando, pero los dormitorios están ahí, vacíos.
ResponderEliminarGracias por venir.Un fuerte abrazo
Todos sentimos la añoranza y el vacío del hogar, se queda frío...y se mastica la soledad
ResponderEliminarMe ha gustado leerte Jorge
Un abrazo
Stella
Muchas gracias, Stella. También para mí fué un disfrute leer tus poemas, y luego descubrir tu blog lleno de premios. Ya lo hice ayer pero te vuelvo a felicitar, sobre todo, por tu forma de ser, y por tus poemas que son bellísimos.
ResponderEliminarUn besito