Nuestra casa ya no es aquel hogar
donde flotaban las risas e ilusiones
de nuestros hijos, y sus sueños.
Es un nido vacío, con sábanas frías,
con espejos deshabitados, oscuros,
sin el reflejo de la luz de sus ojos.
Dormitorios, sólo, con muebles y atavíos;
continentes... sin contenido
(De "Mieses y flores")-Reposición-
domingo, 2 de mayo de 2010
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Es triste mi querido Jorge, y válido también para tantos pueblos deshabitados, si puedo elegir me quedo con los contenidos ¿quién quiere "continentes" vacíos?
ResponderEliminarUn besazo.
Sí, huyeron los "pájaros" del nido materno; en honor a las madres lo he colgado.
ResponderEliminarOtro beso.
Jorge, es triste el poema y lleno de verdades, el nido se queda vacio, los pajarillos tienen que volar y formar su propio nido pero es dificil aceptarlo para una madre. Yo, que mi nido se va quedando vacio poco a poco me pongo triste pensando en ese dia. Te dejo un beso, cuidate.
ResponderEliminarAsí es, Sandra.
ResponderEliminarBesos.
A una llamada quedan,
ResponderEliminarhacen sus nidos.
Jesús, vuelven, como las golondrinas, el fin de semana, un ratito.
ResponderEliminarHola Jorge hace mucho que no comento nada, he estado muy liada.
ResponderEliminarmaravilloso tu poema, duele en el corazón de las casa vacías, pero con que se llenen de vez en cuando nos basta a algunas para ser felices.
Un abrazo y gracias por tus comentarios
Gracias, Amaparo, espero que estés bien.
ResponderEliminarUn beso.
Jorge Hermoso poema y triste, el nido quedará vacio pero no será por mucho tiempo ya que despues que los hijos se hayan ido volveran con sus poyuelos y el hogar quedará pequeño para tanta algarabia la casa se llenará de sonrisas y de travesuras.
ResponderEliminarbesitos para ti Jorge
Casi me lo pierdo; al encontrar el comentario sobre el otoño en tus ojos me ha dado la idea de seguir mirando entradas anteriores.
ResponderEliminarLo que dices espero que así se cumpla; muchas gracias; aquí estamos esperando esos poyuelos.
Eres muy amable.
Besos.