sábado, 2 de enero de 2010

¡Qué injusto, Dios mío!

Hoy me siento crío;
visito mis recuerdos de hace años...
todo... ¡qué lejano!
aunque se dice
“ parece que fue ayer...”
ese ayer es ya ¡tan extraño!
pero nunca podré olvidar...

Mi primera comunión,
Tu, dentro de mi pecho,
mi primer abrazo,
¡estaba tan emocionado!

El día del Domund,
fue el triste descubrir...niños con hambre,
niños enfermos,
abandonados.

Entonces no lo entendía, ahora tampoco entiendo
¿por qué niños, de hambre, siguen muriendo?

No hace mucho, apenas un año,
he conocido una trágica palabra,
se ha hecho sitio dentro de los noticiarios,
Tsunami...¡casi trescientos mil muertos!
unos segundos bastaron...

¿Quién empujó esa maldita, “atómica“ola...?
¿Quién arrebata pan a esos niños?
¿Quién consiente tanto mal?
¿Ha de prevalecer el Mal sobre el Bien?
¿Qué fue primero? ¿el Bien, el Mal?
Tanta tragedia, tanto horror...¿puede ser cierto
que el “parirás con dolor”...también comprende estos daños?
¿Qué mal se puede cometer que, en castigo, todo ello se pueda merecer?
¡Qué injusto, Dios mío!

(Del poemario "Rescatado de tí")

2 comentarios:

  1. Perpleja ante el legado del poema, tan hondo, tan trágico pero a su vez de una genuina belleza lírica.

    Mis respetos

    ResponderEliminar
  2. Gracias, María, por tu geneeroso comentario.
    Besos.

    ResponderEliminar